Por un momento imaginemos un mundo alternativo, un 2016 sin juegos digitales, llega el día del lanzamiento de tu videojuego favorito o ese que has esperado por meses o años y al llegar a la tienda descubres una fila kilométrica de personas esperando comprar el mismo juego. Tras lidiar con una marea de personas y logras llegar al mostrador descubres que las copias se han agotado. ¿Solución? No te preocupes puedes ir al Internet y conseguir el juego en mercados virtuales a 10 veces su valor real. También puedes esperar varios meses mientras la demanda y los precios bajen, mientras puedes entretenerte con tus juegos viejos o se lo pides a tu amigo después de que lo termine. Un mundo sin juegos digitales dejaría a una cantidad considerable de jugadores sin su título deseado por largo tiempo.
Los jugadores de la época de oro de la industria (Años 90´s) recordaran glorias pasadas y grandes títulos, sin embargo, también existían algunas injusticias. En américa latina difícilmente se vieron juegos como EarthBound o Chrono Trigger, su distribución dejaba mucho que desear y las entregas interesantes estaban contadas mientras que los Marios y Sonic inundaban el mercado. Los papas sufrían en cada temporada y debían lidiar con los acaparadores para complacer a sus hijos con su videojuego favorito, era algo parecido a como se vivía en la Unión Soviética, con escases y mucha piratería. Sumado a lo anterior, están los coleccionistas compulsivos cuya afición ha dejado prácticamente fuera del alcance de todos los grandes clásicos. En E-Bay una copia de Megaman puede alcanzar los 400 dólares y con la economía actual la cosa no mejora.
Por fortuna están las consolas y simuladores virtuales que ponen al alcance de todos esos videojuegos clásicos, pero muchos coinciden es que no es lo mismo. Sin un respaldo digital las tiendas de videojuegos colapsarían, antiguamente solo algunos pocos conseguían poner sus manos en las entregas más recientes.
Los juegos digitales también conllevan sus riesgos, algunos están ligados a los sistemas o consolas viejas que pueden dañarse y perderse para siempre, otros están vinculados a su disponibilidad en un sistema de cuenta que eventualmente desaparecerán en un futuro y por último, si rompes alguna regla en el acuerdo de usuario final que muchas veces incluye clausulas absurdas que nadie lee, es muy posible que las compañías activen medidas desproporcionadas activando barreras digitales que impedirán seguir disfrutando del título.
Los juegos físicos no tienen los problemas mencionados, son nuestra propiedad y no pueden quitárnosla y a pesar de que tienen una licencia de uso de software, nadie puede condicionar su uso bajo ningún pretexto. Es imposible que el pasado vuelva, en última instancia todo se reduce como toda economía al fenómeno de oferta y demanda.
Actualmente existen muchos juegos que son experiencias multijugador dependientes de servicios y servidores (DOTA 2, League of Legends, MMORPG´s, etc.) por lo que una edición física seria redundante e innecesaria. Con el esfuerzo de los fans algunos juegos se conservaran por mucho tiempo, un ejemplo es Age of Empire 2 que volvió hace poco y está disponible en Steam y a decir verdad es mejor que los sistemas de LAN virtual como gameranger o Garena. Otros títulos se quedaran atrapados en las consolas antiguas y exclusividades suicidas.
Los archivos portátiles de PC ayudan a conservar algunos juegos y los salvan de morir en una PS3 o un Xbox 360 que nadie jugara en 5 años. Gracias a la digitalización el mercado puede cubrir un margen mucho mayor de usuarios, aunque al final nos toca decidir la manera en que deseamos obtener nuestros títulos favoritos. El pasado no volverá y eso es de agradecer, sin embargo, los contratos actuales están diseñados para beneficiar a la industria y no al jugador, debemos ser muy consientes con respecto a quien le abrimos nuestra billetera.